viernes, 23 de mayo de 2014

La palabra de John L. O’Sullivan y el “Destino Manifiesto” antes de la aventura de Walker en Centroamérica


Introducción


El “Destino Manifiesto” es una doctrina en Estados Unidos durante el siglo XIX y que corresponde a una idea o creencia, según la cual ese país estaba destinado a expandirse desde el Océano Atlántico hasta el Pacífico y abarcar finalmente el dominio total del continente que le estaría asignado por la Providencia Divina. El concepto tiene raíces profundas que llegan hasta el discurso característico de las comunidades puritanas de Nueva Inglaterra y se fue formando entre las paredes de las iglesias, escuelas y edificios de gobierno.

La construcción de una frase

John Louis O'Sullivan era militante del Partido Democrata,
defensor del trabajo esclavo en el Sur de Estados Unidos.

La frase “Destino Manifiesto” fue acuñada por el columnista John Louis O’Sullivan quien, escribiendo para el Democratic Review, en 1845 defendía la “admisión” de Texas dentro de los Estados Unidos. Eran días de controversia y en el Congreso se daban agrias disputas defendiendo o condenando la política del Presidente James K. Polk quien aparecía cada vez más dispuesto a expandir el territorio de la Unión mediante una guerra con México que finalmente llegaría a producirse entre 1846 y 1848 trayendo desastrosas consecuencias para los vencidos que terminarían perdiendo, además de Texas, lo que actualmente corresponde a California, Nevada, Utah, Arizona, Nuevo México y partes de Colorado, Kansas, Oklahoma y Wyoming.

O´Sullivan, como se decía anteriormente, escribiendo para Democratic Review,  expresó la siguiente idea
El cumplimiento de nuestro destino manifiesto es extendernos por todo el continente que nos ha sido asignado por la Providencia, para el desarrollo del gran experimento de libertad y autogobierno. Es un derecho como el que tiene un árbol de obtener el aire y la tierra necesarios para el desarrollo pleno de sus capacidades y el crecimiento que tiene como destino.

John L. O’Sullivan dejaba, entonces claras varias cosas:

Primero: planteaba como inevitable la expansión territorial de los Estados Unidos al plantear este hecho como un decreto de la Providencia Divina. Este contenido de origen religioso estaba en la tradición de los fundadores de las colonias inglesas que se fundaron en la costa este de Norteamérica desde los principios del siglo XVII y corresponde más propiamente a dos fuentes: el espíritu de los “peregrinos” que poblaron Nueva Inglaterra considerando América como un don de Dios para el pueblo elegido y el sentimiento de superioridad racial de los denominados “caballeros del Sur” que habían colonizado Virginia, Maryland, Georgia y las Carolinas usando mano de obra esclava.

Segundo: el “Destino Manifiesto” partía de la base de superioridad del “gran experimento de libertad y autogobierno” que enorgullecía a gran número de norteamericanos que sentían veneración por los “padres fundadores” y que pensaban que la república creada por Washington, Jefferson, Adams, Franklin y Hamilton era moralmente superior a los estados de América Latina, reputados de revoltosos, incipientes y atestados de papistas.
Tercero: La expansión territorial, según O’Sullivan, no era solo un derecho, también se trataba de una necesidad para el desarrollo, tan indispensable como el aire y la tierra son para un árbol. El planteamiento del Destino Manifiesto también corresponde a las urgencias de un país que recibía cada año a miles de inmigrantes ante quienes se presentaba la vasta “frontera” como tierra de promisión.  Podemos bien ejemplificar esto con las biografías oficiales de Abraham Lincoln, vástago de una familia de “pioneros” que había ido emigrando de Kentucky a Indiana y de aquí a Illinois.

El proceso de expansión de los Estados Unidos iba acompañado de un cierto “espíritu aventurero” que también inflamaría la imaginación de los filibusteros que se fueron aventurando también en México y América Central. Se pueden recordar para ilustrar esto las palabras de Frederick Jackson Turner:
Todo era movimiento y cambio. Los hombres se desplazaban, en el transcurso de su existencia de Vermont a Nueva York, de Nueva York a Ohio, de Ohio a Wisconsin, de Wisconsin a California y deseaban ir a las islas Hawái. Cuando las cortezas se caían de los troncos de las cercas ya sentían ganas de marcharse a otro sitio. Se daban cuenta de la movilidad de su sociedad y se vanagloriaban de ella.

El propio O’Sullivan tuvo ocasión para repetir antes que se acabara 1845 la frase por la que hoy es más recordado:
Y esta demanda esta basada en el derecho de nuestro destino manifiesto a poseer todo el continente que nos ha dado la providencia para desarrollar nuestro gran cometido de libertad, y autogobierno.

Conclusión


La Doctrina del Destino Manifiesto tuvo una fuerte influencia en la expansión territorial de los Estados Unidos que alcanzaron el Pacífico derrotando a México, transando con el Reino Unido y arrasando a los pueblos indígenas. Este discurso también tuvo una fuerte incidencia en las justificaciones empleadas por los filibusteros en Sonora y América Central, también en la forma en que Estados Unidos consideraba sus relaciones con los países del Sur.


Las alusiones del Destino Manifiesto a decretos divinos, superioridad racial, excelencia del modelo político y necesidad de un espacio más amplio fueron retomados por completo en el siglo XX, cuando Theodore Roosevelt justificaba en 1904 el haber cercenado el territorio colombiano y tomado a Panamá para la construcción del Canal.

Bibliografía

Nevins, A & Commager, H.(1953). Breve historia de Estados Unidos. México: General de Ediciones, S.A.
Jenkins, P.(2012). Breve historia de Estados Unidos (4a ed.). Madrid: Alianza Editorial
Turner, F. J. (1986). La frontera en la historia Americana. San José, Costa Rica: Universidad Autónoma de Centro América.
"Manifest Destiny." Encyclopædia Britannica. Encyclopædia Britannica Ultimate Reference Suite.  Chicago: Encyclopædia Britannica, 2013

2 comentarios:

  1. Muchísimas gracias por esta información. La estaba buscando a partir de la asquerosa operación sobre Venezuela.

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    1. Lector, no crea que con este artículo sobre la desvergonzada América del norte Venezuela o incluso mi país colombia se libran de los pésimos procesos políticos y la corrupción que nos invade. Es cierto, EEUU no debería intervenir en asuntos internos, pero debo reconocer lo maleantes de nuestros gobiernos auspiciados por el adormecimiento de muchos de nosotros.

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